En el taller SANANDO LA MADRE, integro herramientas del coaching corporal y transpersonal, meditación y Danza Primal permitiendo un trabajo con el cuerpo, las emociones y energías para abordar el vínculo primordial con la madre en nuestra vida.

Cuando me divorcié y me fui a vivir sola con mi único hijo adolescente estaba llena de expectativas: pensaba por fin podremos ser felices en nuestro nuevo hogar, ya no está el ‘causante’ de mi infelicidad. A poco andar, la convivencia con mi hijo me fue reflejando las mismas situaciones que había vivido con su padre, como un espejo: el miedo, la culpa, la sensación de no ser reconocida, el enjuiciamiento, la incapacidad de poner límites.

Me di cuenta, entonces recién que el problema no eran los otros, era mi manera de vincularme, las raíces de mi infelicidad estaban dentro mío arraigadas y no sabía cómo repararme. Decidí que mi hijo se fuese a vivir con su padre, le dije yo no puedo darte lo que necesitas por ahora y le prometí hacerme cargo de sanar mi manera de relacionarme con los hombres. Así, inicié un camino hacia la raíz en mi interior y encontré configuraciones que provenían de las interacciones primordiales con mi madre, mi padre, mi niña interior asustada y escondida, casi olvidada.

Explorar de manera consciente nuestro mundo interior es una decisión que nos permite recuperar el poder. Atrevernos a observar nuestras sensaciones, percepciones, emociones, juicios, creencias, sentimientos, configuraciones y patrones, permite arraigarnos en nuestra propia corporalidad. Entrar en nuestras zonas de incomodidad, nuestras heridas, sombras y polaridades nos hace salir fortalecidas, más enteras e integradas con nuestras experiencias de vida. Desde ahí modifico mis vínculos, no a los otros. Voy haciendo consciente lo inconsciente. Entonces puedo honrar lo vivido y los vínculos primordiales.

Sanando a la madre